A unos 160 kilómetros al norte de la ciudad de San Juan, se encuentra San José de Jáchal, un destino donde la historia, la naturaleza y la identidad se entrelazan. Los pueblos originarios —capayanes, yacampis y huarpes— siguen presentes en las costumbres y tradiciones que definen el espíritu jachallero.
El origen del pueblo se remonta a una antigua capilla, hoy convertida en la Iglesia de San José de Jáchal, declarada Monumento Histórico Nacional. Frente a ella, la plaza principal reúne los colores, la belleza y la calidez de su gente, en un ambiente que conserva la esencia de las raíces sanjuaninas.
Los molinos harineros antiguos, también declarados Monumentos Históricos Nacionales, son testimonio del trabajo y la perseverancia de generaciones. Aún funcionan impulsados por el agua, y algunos tienen más de dos siglos de historia. Durante las visitas guiadas, es posible conocer cómo se elabora la harina con los mismos métodos del siglo XIX.
Cada año, la Fiesta Nacional de la Tradición llena de vida y orgullo a Jáchal. Más de trescientos gauchos desfilan y rinden homenaje al legado del poeta Buenaventura Luna, autor de El Fogón de los Arrieros, un canto a la identidad y la unidad nacional.
A pocos kilómetros, el pequeño pueblo de Huaco sorprende con su encanto detenido en el tiempo. Las casas de adobe, los muros coloniales y las calles polvorientas evocan la vida de antaño, en un entorno que invita al silencio y la contemplación.
Aquí descansan los restos del poeta Eusebio de Jesús Dojorti, bajo una cruz de tronco y una guitarra tallada en madera. Muy cerca se encuentra el Viejo Molino de Huaco, que perteneció a su familia y hoy es también Monumento Histórico Nacional.
El Área Natural Protegida La Ciénaga, ubicada en el departamento Jáchal, en la localidad de la Ciénaga, a 25 km de la villa cabecera y a 10 km de la localidad de Huaco. Fue creada con el objeto de preservar el valor geológico y arqueológico del lugar, el equilibrio ecológico zonal y el rico patrimonio cultural.
